Las orejas son una parte importante de la estructura facial. Cualquier deformidad o defecto estético en ellas puede afectar en gran medida su atractivo general.
La otoplastia puede ayudarle a corregir:
El defecto más común en la oreja es la llamado “oreja saliente”, que es una clara separación de la oreja, según la cual la oreja suele estar separada de la posición normal. En este caso, la otoplastia se encarga de corregir el ángulo que forman la oreja y la cabeza a unos 30 grados, es decir, doblar la oreja para que no sobresalga hacia un lado.
Otros defectos que pueden corregirse mediante este proceso:
- Falta de simetría.
- Conchas excesivas o agrandadas.
- Lóbulo saliente, alargado o elongado.
- Ausencia parcial de la oreja.
- Tamaño excesivo de la oreja.
Esta intervención suele comenzar a partir de los 6-7 años, cuando los oídos están completamente desarrollados y el paciente ha desarrollado una sensibilidad social. Generalmente se realiza con anestesia local en adultos y general en los niños.